Poetas con poemas, Alejandra Pizarnik

afuera hay sol, lorena avelar

 

Afuera hay sol. 
No es más que un sol 
pero los hombres lo miran 
y después cantan. 

Yo no sé del sol. 
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

 

Alejandra Pizarnik
La jaula, de Las aventuras perdidas

Y te llamaron Ángel González

Angel-Gonzalez

Hoy no tuve mar. Ni brisa.
Así que busqué tu Aire liviano.
Me apetecía respirar Poesía
en esta sobremesa pausada de domingo.

Inconscientemente, busqué tus palabras
enredadas en versos de luz y magia;
como tu nombre: Ángel González.

Mi querido poeta, maestro de sabias letras
esta tarde te encontré dispuesto de nuevo
a calmar mis ansias de versos, de pureza…

Y contigo, ha llegado la brisa,
y ha enredado mi pelo
y junto a mi se ha quedado, esta tarde
pausada de domingo, un instante de tu Aire,
la Mar.

Mj Sierra, @ Navegando Azules de Poetas
2 de Junio, 2013; 17:31 p.m.

 

Bosque

Cruzas por el crepúsculo. 
El aire 
tienes que separarlo casi con las manos 
de tan denso, de tan impenetrable. 
Andas. No dejan huellas 
tus pies. Cientos de árboles 
contienen el aliento sobre tu 
cabeza. Un pájaro no sabe 
que estás allí, y lanza su silbido 
largo al otro lado del paisaje. 
El mundo cambia de color: es como el eco 
del mundo. Eco distante 
que tú estremeces, traspasando 
las últimas fronteras de la tarde.

Àngel González, poeta

La imagen la encontré en hoyesarte.com

En octubre, Angel González

 

‘ A veces, en Octubre, es lo que pasa…’

Cuando nada sucede,
y el verano se ha ido,
y las hojas comienzan
a caer de los árboles,
y el frío oxida
el borde de los ríos
y hace más lento
el curso de las aguas;
cuando el cielo parece
un mar violento,
y los pájaros
cambian de paisaje,
y las palabras se oyen
cada vez más lejanas
como susurros
que maneja el viento;
 
entonces,
ya se sabe,
es lo que pasa:
esas hojas, los pájaros,
las nubes,
las palabras
dispersas
y los ríos,
nos llenan de inquietud
súbitamente
y de desesperanza.
 
No busquéis el motivo
en  vuestros corazones.
Tan sólo es
lo que dije:
lo que pasa.
 

Ángel González

 
 
 

Empedrar las calles

Empedrar las calles.

Reuniones de ranas viejas que bailan en charcas de oro.

Ecos de canciones de amor,

música de otros tiempos.

El alquiler del sol se paga con un anticipo

de los ruegos de un arcoiris que enferma.

Seis contra uno pierden

a la luz de un relámpago fugaz.

Con la cruz en el cuello ¿qué sientes?

Atienda doctor,

¿qué síntomas tiene la felicidad

si se pierde el asombro?

La luz varía.

La lluvia cae.

La vida resbala.

Ladridos de perros.

¿Quién despegará en un soplo de vida

para mirar desde lo alto del barranco?

El vértigo no es miedo si se desea volar.

Aflora la confianza y se hace sencillo saltar.

El cielo en la prisión no es fuerza.

(Esperanza)

Seda de un espejismo

en la mitad oscura de la luna.

Muerte de luces en un pozo

a la orden de voces que resuenan

como cobardes testigos

de lo que envolvieron y lastimaron.

Más orden,

menos confianza en sí mismos.

Xose De la Paz

Imagen: Día de lluvia en la Alpujarra, Mj Sierra.